El sábado estuvimos escalando en Vinya Nova, es la tercera vez que voy en un par de meses, la primera estuvo tranquilita, que bonito el paisaje, que agradable el sonido de los pajaritos, que buena la roca y tal, la segunda caían piedrotes de vez en cuando y todo indicaba que podían ser las cabras aunque no las veíamos, pero nos seguía gustando el sector y esta tercera visita ya me recordó al artículo publicado en el último Desnivel de la liberación de la directísima japonesa a la Norte del Eiger (1.800m, 8a, 0 grados!, como decía Juan: “Guay, 0 grados ni frio ni calor!”). Los climbers en cuestión de esta proeza son Robert Jasper y Roger Schäli y en el muro final sufrieron una lluvia de piedras constante, que es lo mismo que sufrimos ayer nosotros en Vinya Cabra!.
Nada mas llegar a pié de vía del sector Camp Base, la cosa no pintaba nada bien, las cabras se habían adueñado del sector, primero fue “que chuloooo, como molan las cabraaaas” y tal, después acabamos con: “que cabronas las putas cabras!”.
Sigo flipando después de varios años hibernando fuera del mundillo de la montaña con las cosas que han cambiado. No entiendo a que iluminado se le ocurrió poblar Montserrat de cabras salvajes, según me explicó alguien o leí las trajeron de Francia expresamente, hay que joderse!!!... que parte no entendieron de que en Montserrat a parte de gente paseante, frikis, kumbayas, guiris, montañistas y demás especímenes también hay escaladores colgados en las paredes y aunque lleves casco, ante una lluvia de piedras constante hay amplias posibilidades de que te hagan un piercing en un hombro por ejemplo! Incluso hubo un accidente mortal debido a una caída de piedras por parte de estos animalitos!.
Estábamos ya en pie de vía a punto de empezar la primera vía, cuando miras para arriba, lo típico hacer un checking de por dónde va el trazado, donde están las chapas y te ves la cabra a la altura de la “reu” masticando hierba y con cara de vacile mirándote como si te dijera, “no pensaras subir no?”. Bromas aparte, en el fondo tienen todo el derecho a pasearse, es su hábitat natural y nosotros lo “utilizamos” de vez en cuando, por lo cual nos hemos de adaptar a él. Póntelo, pónselo...el casco!.
Bueno, al final pudimos disfrutar de una mañana soleada, incluso asegurando en pie de vía buscando la sombra de los árboles. Lluís y Albert le apretaron a algunas vías con ganas, van muy sueltecitos, y Juan y yo, bueno, con nuestras cositas aún de la falta de trepar, ...que lejos está la chapa... uf que miedo este paso... pero nos reímos la hostia eso si!.
Lluís en la vía 16
Albert en la vía 15
Juan en la vía 19
No hay comentarios:
Publicar un comentario